domingo, 27 de enero de 2013

Boletín: 10 de Marzo de 2013

REPOSO DE DIOS Génesis 2:1-3

2:1-3 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Esta palabra “reposo” describe la actitud de Dios respecto a lo creado en la tierra para el sostenimiento de la vida. Todo lo que se requiere para que la tierra sea habitable ha sido hecho y todo lo hecho por Dios es calificado como “bueno”.

Más aún, este pasaje declara que Dios ha “bendecido” este “reposo”, la bendición consiste en que este “reposo” tiene, de parte de Dios, fuerza regeneradora; pues lo que Dios bendice se llena de vitalidad, se regenera, produce paz.

Este “reposo” ha sido “santificado”, apartado para servir a Dios; se trata de un tiempo reservado para el servicio a Dios y puesto que Dios vive en la eternidad, se trata de una oportunidad para el ser humano.

Este “reposo de Dios” es como un paréntesis de eternidad en medio del tiempo humano, lleno de afanes y trabajos. Este “reposo” es una bendición para nosotros.

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Yahvéh tu Dios…” (Éxodo 20:8-10) Dios invita a su pueblo a hacer un alto en su rutina diaria y apartar un día a la semana para disfrutar del “reposo de Dios”. Así como Dios “santificó” ese día, ahora invita a su pueblo a tomar una determinación voluntaria de separar ese día para Dios.

“Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿Por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito?” (Marcos 2:23-24) Los fariseos habían transformado este “reposo” en un día de prohibiciones. Lo que debía ser un tiempo de agradable descanso se había convertido en pesada carga.

“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.” (Marcos 2:27) Jesús aclara que el día de reposo fue “hecho” por causa de los seres humanos, para aliviar sus cargas y afanes, para apartar un tiempo para buscar a Dios.

“Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (Marcos 2:28) Con esta declaración Jesús establece su autoridad divina, ya que fue Dios quien “santificó” ese día en Génesis.

Ahora deliberadamente hará Jesús diversas actividades, sobre todo de sanidad, en esos días de reposo, para ayudar a todos a entender el verdadero sentido del “reposo de Dios”.

“Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” (Juan 5:16-17) Ciertamente Dios “reposó” de su actividad creadora, pero no permanece inactivo, está activamente participando en un proyecto en el que Jesús entusiastamente también trabaja: nuestra salvación.

¿Debemos hoy los cristianos guardar el sábado? Los cristianos de cultura griega en la ciudad de Colosas ciertamente no lo hacía aunque eran criticados por los judíos: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir…” (Colosenses 2:16-17)

La iglesia en Roma estaba integrada por cristianos de raza judía que sí guardaban el sábado y cristianos de raza griega que no lo hacían: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” (Romanos 14:5)

Nosotros, como la mayoría de los cristianos, desde sus inicios, hemos trasladado el día de reposo del sábado al domingo para celebrar la resurrección de Jesús.

Pero el autor de la Carta a los Hebreos nos brinda el sentido espiritual de este reposo: “Pero los que hemos creído entramos en el reposo…aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.” (Hebreos 4:3-4)

El autor de la Carta declara que este “reposo” consiste en establecer una comunión con Dios: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16)

Es la Carta a los Hebreos la que nos brinda el entendimiento espiritual para interpretar la intención de Dios al establecer este reposo: COMUNION.

Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28) El reposo de Dios se abre hoy a nosotros como invitación de Jesús para establecer una comunión de amor con Dios.

La naturaleza esencial de Dios es vivir en amor, en comunión fraternal; entramos a este “reposo de Dios” por “creer en Jesús” y vivimos en este reposo por cultivar una correcta comunión de amor con Dios; por tanto entremos en el reposo de Dios
AMEN
JFVS