viernes, 19 de noviembre de 2010

CAPITULO 56: ACTITUDES EN EL REINO II



CAPITULO 56: ACTITUDES EN EL REINO
Parte 2
Favor de leer Mateo 25:14-30.
Continuamos reflexionando en las interesantes parábolas de Jesús, las cuales nos ilustran magistralmente la actitud que debemos tener aquellos que ya somos parte del Reino de Dios, los discípulos de Jesús, tú y yo.

TRABAJO
La parábola de los talentos ilustra la actitud de trabajo que se requiere de cada uno de nosotros. Ser cristiano, ser parte del Reino, implica estar ocupado en una determinada labor en beneficio del Reino, dicha labor será evaluada por Jesucristo el día de su regreso triunfal.

El hombre que se va lejos, es Jesús, que asciende al cielo pero habrá de regresar. Los siervos somos todos nosotros, los creyentes. Los “talentos” eran lingotes de plata, cada uno de 34 Kg. aproximadamente; eran pues, una gran cantidad de dinero. Representan todo aquellos que Dios nos da para servir en su Reino: oportunidades, habilidades, recursos materiales, vida, etc.

Tres siervos son mencionados y es muy importante anotar que cada uno recibió una cantidad de talentos (lingotes de plata) “conforme a su capacidad”. No seremos juzgados igual, Dios conoce cada vida, sus limitaciones, sus capacidades, sus oportunidades, sus debilidades.

El primer siervo duplica lo recibido, igual el segundo. En cantidad el primero tiene más, en porcentaje ambos han logrado lo mismo. El tercer siervo no quiso batallar, “escondió el dinero de su señor” (25:18) “Después de mucho tiempo vino el señor…” (25:19) Referencia al regreso de Jesús, que tardará un tiempo; en el contexto de la parábola, indica que tuvieron mucho tiempo los siervos para producir ganancias; el tercero tuvo mucho tiempo para recapacitar en su negligencia, pero no lo hizo.
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Es muy ilustrativa la comparecencia de los siervos. El primero debió de estar orgulloso (en el buen sentido de la palabra) de entregar cuentas. Con gran satisfacción se presenta ante su señor, entregando, primero los cinco talentos recibidos, luego, con una sonrisa en los labios, entrega los otros cinco talentos. ¡Qué bien se ha de ver sentido este siervo! Se esforzó en agradar a su señor.

Es importante anotar que los siervos siempre fueron concientes de que todo ese dinero no era de ellos, era de su señor. Ellos simplemente servían. También es interesante anotar que los dos siervos no pretendieron quedarse con nada de las ganancias, no cobraron comisión, su gusto consistió en trabajar para su señor.

El señor felicita al primer siervo: “Bien”; luego lo elogia: “buen siervo y fiel” ¡Que honor! Después vienen las sorpresas. Primera sorpresa: “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré”, era una prueba, el señor tenía planes de grandes negocios y puso a prueba a tres de sus siervos, si con “poco” son fieles, podrán con los verdaderos negocios. Segunda sorpresa: “entra en el gozo de tu señor”, hay una gran fiesta que está preparando el señor y ahora invita al siervo, ha subido de posición, ahora es un invitado en la gran fiesta; referencia clara de la Bodas del Cordero. Tú también debes entrar “en el gozo de tu Señor”.

Al segundo siervo le fue igual que al primero, pues por porcentaje hicieron lo mismo: duplicaron lo recibido. Cada uno ha actuado de acuerdo a sus capacidades. Nos aguarda otra sorpresa. Pero antes, veamos al tercer siervo.

Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. (Mateo 25:24-25)
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Este tercer siervo no quiso trabajar. Para él fue una verdadera carga lo encomendado, solamente sabía quejarse y veía problemas por todos lados. Tenía miedo de hacer negocios y representar a su señor.

La descripción que hace el siervo de su señor ilustra la acción de Dios de ganar a más personas para Cristo, de arrebatarla almas al diablo, de convertir cizaña en trigo.

La actitud de este tercer siervo, representa a los “creyentes” que se avergüenzan del Evangelio, tienen miedo a la persecución por causa de la Palabra de Dios; son los que solamente saben ver problemas, defectos y carencias en el Reino, en vez de aprovechar al máximo la oportunidad de trabajar para el Señor Jesús.

Este tercer siervo recibe la calificación de: “siervo malo y negligente”; se le muestra que tenía opciones: “debías haber dado mi dinero a los banqueros” y finalmente, no sólo no es invitado a la gran fiesta, sino que es arrojado a “las tinieblas de afuera”, donde “será el lloro y el crujir de dientes.” (25:30) Referencia al infierno. El destino de los que no sirven en el Reino es, según Jesús, el infierno.

Pero aquí surge otra sorpresa: “Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos.” (25:28) Los tres siervos pensaron que los talentos eran de su señor, los 2 primeros trabajaron y duplicaron, sin pensar en quedarse con nada. La sorpresa es que el señor les devolvió las ganancias y también los talentos. Al final, no sólo fueron felicitados, no sólo se les asignó una mayor tarea, no sólo se les invitó a la fiesta; además, se quedaron con todo ese capital. Dios no se queda con nada. Trabamos para Dios por el gozo de servirle, ofrendamos todo lo que somos y tenemos pues a Él le pertenece y lo hacemos sin miedo. Cada uno sirve según su capacidad, pero igual nos esperan grandes sorpresas en la eternidad, incluyendo “el gozo del Señor”.
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En este contexto de trabajo en el Reino, se puede ubicar la siguiente parábola, la del rico insensato, la cual se encuentra en Lucas 12:13-21 favor de leerla.

“La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (12:15) La vida del ser humano consiste en establecer una correcta relación de amor con Dios y por amor servir en el Reino; este servicio hará que el creyente sea “rico para con Dios” (12:21) Y no nos referimos a cosas materiales, sino a invertir la vida, con todo lo que ella nos da: oportunidades, habilidades, bienes materiales, etc. en el servicio del Reino: ganar a más personas para Cristo.

El error del hombre de la parábola fue en que nunca pensó en agradar a Dios con los bienes recibidos; creyó que eran de él y solamente pensó en su propio bienestar; su alma estaba perdida. Aquella persona que no procura la salvación de su alma, Jesús le llama: necio.

En este contexto de disponer de los bienes materiales para servir a los propósitos del Reino, se ubica la siguiente parábola de Jesús, la del mayordomo deshonesto, está en Lucas 16:1-9 favor de leerla.

La enseñanza de esta historia no está, evidentemente, en la deshonestidad del mayordomo. Lo que Jesús quiere hacer notar es la sagacidad. Nosotros, como “hijos de luz” debemos invertir los bienes materiales en ganar a más personas para Cristo; así, cuando este mundo se acabe, tendremos el gozo de ver en el cielo a esas personas en las que invertimos nuestra vida terrenal, ellas nos recibirán “en las moradas eternas”. Nuestra sagacidad consiste en reconocer que los bienes materiales de este mundo son temporales, pero las personas ganadas para Cristo, los amigos ganados, permanecerán para siempre. Nuestro trabajo consiste en ganar a más personas para Cristo. En esa tarea debemos invertir nuestra vida terrenal.
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FRATERNIDAD
Dos parábolas de Jesús ilustran bellamente la actitud de fraternidad que debe caracterizar al verdadero creyente. Una de ellas, la del buen samaritano se encuentra en Lucas 10:25-37 favor de leerla.

La vida eterna consiste en amar a Dios y a mi prójimo como a mí mismo. Es una relación de amor con Dios que se refleja nítidamente en el trato con el prójimo. Pero la naturaleza humana, no acostumbrada a amar al prójimo, trata de delimitar (discriminar) quién puede ser prójimo.

En la historia, un hombre viajando de Jerusalén a Jericó, es asaltado y golpeado, queda como muerto a la orilla del camino. Un sacerdote y un levita pasan por el lugar, ambos son “servidores de Dios”, personas dedicadas a servir a Dios, de hecho, también vienen de Jerusalén, o sea, acaban de servir en el Templo; pero ambas, se alejan, no quieren ayudar, no sirven, no aman. El tercero en pasar es un samaritano.

Los samaritanos eran una raza mezclada de judíos con otros pueblos; odiados por los judíos, que los consideraban una raza inferior, aún más inferior que los gentiles. Pues “el odiado” resulta ser el que ayuda; no ve a “un judío”, ve a un ser humano en necesidad y procura servirle. El samaritano resultó ser “el prójimo del que cayó en manos de los ladrones” (10:36) ¿Quién es mi prójimo? Aquella persona a quien yo puedo ayudar de alguna forma.

Inspirados en el amor de Dios, bien podemos nosotros ofrecer nuestra ayuda al que tiene necesidad. En la parábola del rico insensato vemos que el orgullo y la soberbia retienen bienes materiales que podrían ser usados para expresar fraternidad. La mejor ayuda que podemos brindar será siempre guiar al prójimo a establecer una correcta relación de amor con Dios.
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La parábola del rico y Lázaro ilustra también el tema de la fraternidad, se encuentra en Lucas 16:19-31 favor de leerla.

El énfasis principal de esta historia es la fraternidad. Un hombre tan rico que puede celebrar un banquete cada día (16:19) bien podría aliviar la triste situación de Lázaro, su prójimo, que estaba muy cerca: “a la puerta” (16:20)

Si este hombre rico hubiese tenido una relación de amor con Dios, hubiese leído las Sagradas Escrituras (16:29), hubiera experimentado amor fraternal por Lázaro. Su falta de amor a Dios se reflejaba con claridad en su falta de compasión por Lázaro. Nunca le brindó alimento.

Al llegar la muerte a ambos, el rico lamenta su destino y pretende que Lázaro le sirva de mensajero para avisar a su familia, su mentalidad no ha cambiado. La historia enseña que las personas ya muertas de ninguna manera pueden regresar a la tierra y comunicarse con los vivos; también enseña dos destinos después de la muerte.

La idea de creer si ven a una persona regresar de la muerte, resucitar, apunta directamente a Jesús. Nuestro Señor y Salvador Jesucristo resucitó, aún así muchos “tampoco se persuadirán” (16:31) No desperdicies las oportunidades de ayudar a tu prójimo, cultiva una correcta comunión de amor con Dios que te inspire a amar a tu prójimo, promueve la fraternidad como actitud del Reino.

Favor de leer Mateo 24:42-51.
Estas dos parábolas nos invitan a estar alertas; no sabemos cuándo regresará Jesucristo, por tanto, debemos ocuparnos en multiplicar los “talentos” recibidos y en amar a nuestro prójimo; ganar a más personas para Cristo es donde ambas actividades convergen y es la manera de “estar preparados” (24:44) para el regreso de Jesús, así cuando Él llegue seremos “bienaventurados” (24:46)