sábado, 25 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
sábado, 4 de septiembre de 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Historia de la redacción de los evangelios
Jesús de Nazaret entregó su vida en sacrificio para nuestra salvación, muriendo en la cruz del Calvario el viernes 7 de Abril del año 30 dC (Jn 10:17-18). Al tercer día (el domingo), resucitó dando así testimonio de su victoria sobre la muerte, el pecado, Satanás y sus demonios (Col 2:13-15)
Antes de subir a la presencia del Padre, Jesús encomendó a sus discípulos la misión de hacer discípulos en todos los grupos étnicos del mundo (Mt 28:18-20). Poco antes de la despedida, algunos de los discípulos preguntaron a Jesús, en base a las profecías del AT, cuándo regresaría para poner fin al actual sistema e instalar el nuevo orden del Reino de Dios (Hch 1:6-7)
La respuesta de Jesús enfatiza la prioridad de la misión de proclamación (Hch 1:8) Sin embargo, la gran mayoría de los primeros discípulos creyeron que el regreso de Jesús sería muy pronto, incluso antes de que ellos murieran (1ª Ts 4:17). La idea del inminente regreso de Jesús influyó determinantemente en la primera generación de cristianos, principalmente de dos maneras:
A) Había sentido de urgencia por compartir el mensaje del Evangelio y
B) No se consideró la posibilidad de dejar un legado escrito para futuras generaciones.
En la primera etapa de proclamación, el Evangelio fue predicado solamente entre los miembros del mismo grupo étnico, los judíos (Hch 11:19). Conforme los primeros discípulos (cristianos) eran esparcidos por la región de Palestina, predicaban el Evangelio a los judíos y se formaban comunidades cristianas que se reunían en las casas (Hch 2:46; Ro 16:5; Filemón 2)
Durante los primeros 300 años de la historia del cristianismo, los creyentes se congregaban en casas, cada uno de estos grupos eran considerados como iglesias. Debido a que las primeras iglesias estaban formadas por judíos convertidos, se organizaron siguiendo el modelo de la sinagoga.
Los Apóstoles, viajaban constantemente visitando las iglesias en las diferentes ciudades, seguramente viajaban en grupos de dos, tal como originalmente fueron enviados por Jesús (Mr 6:7). Los Apóstoles llegaban a las iglesias y comenzaban a contar historias acerca de los dichos y hechos de Jesús. Establecían pastores ("ancianos"; término usado en las sinagogas) en cada iglesia, los cuales tenían la tarea de discipular a los creyentes.
La enseñanza del Evangelio se realizaba, en esta primera etapa, de forma oral; ya sea por escuchar directamente a alguno de los Apóstoles, o bien, por escuchar la predicación de los discípulos, predicación que se basaba en la enseñanza oral de los Apóstoles. A esta enseñanza oral se la conoce como la "Tradición oral"; la enseñanza de los Apóstoles que transmitían las palabras y los hechos de Jesús; esta tradición fue proclamada en arameo. Además, la enseñanza se enriquecía con la lectura de las Sagradas Escrituras (el Antiguo Testamento) y su interpretación a la luz del ministerio de Jesús.
La cultura y la mentalidad hebrea asimilaban muy bien la tradición oral. Las comunidades judías (ya sea en la sinagoga o en la iglesia) escuchaban con atención la lectura y/o proclamación, tenían gran capacidad de retención y gustaban de meditar en lo escuchado. Además, con la expectativa del pronto regreso de Jesús, no consideraban necesario poner por escrito la Tradición oral de los Apóstoles.
Conforme la proclamación del Evangelio se extendía mas allá de los contornos de Palestina, los predicadores se encontraron con judíos que no hablaban arameo como su lengua materna. Además, el Evangelio estaba siendo aceptado con gran entusiasmo por personas que no eran de raza judía (gentiles)
Todas estas personas, aunque teniendo diferentes idiomas y dialectos como su lengua materna, podían comunicarse eficientemente en el idioma griego (Koiné, es el griego común)
En los primeros siglos de la historia del cristianismo el griego koiné era el idioma común en el que personas de todos los grupos étnicos dentro del imperio romano podían comunicarse.
Esta circunstancia, muy favorable para la rápida extensión del Evangelio, hizo necesario la traducción al griego de esta Tradición oral de los Apóstoles. La mentalidad y la cultura griega influyeron en la proclamación del Evangelio no sólo en la traducción al griego del mensaje de Jesús, sino que, además, hicieron sentir la necesidad de tener un documento por escrito de este Evangelio de Jesús.
Entre los muchos judíos convertidos al cristianismo, había escribas. Los escribas eran profesionales cuyo trabajo consistía en hacer copias de las Sagradas Escrituras (los libros del AT); debido a su trabajo, los escribas adquirían un gran conocimiento que los capacitaba para ser maestros. Al convertirse al Evangelio, estos escribas relacionaban las Sagradas Escrituras con las palabras y los hechos de Jesús. Ellos llegaron a ser eficientes maestros en las iglesias.
Seguramente muchos de estos escribas convertidos, recibiendo instrucción especial por parte de los Apóstoles, recorrían las iglesias predicando y enseñando el Evangelio. Rápidamente se darían cuenta de la necesidad de tener por escrito la Tradición oral.
Fueron escribas convertidos los que por primera vez pusieron por escrito la Tradición oral. Los descubrimientos arqueológicos y el análisis textual de los Evangelios nos indican que seguramente fue en la ciudad de Capernaum, a la orilla del mar de Galilea donde se redactó por primera vez un documento referente a las palabras y hechos de Jesús.
En las ciudades alrededor del mar de Galilea florecieron muchas iglesias, pues gran parte del ministerio de Jesús se realizó en esta región. Fue en Capernaum o sus alrededores que un escriba o grupo de escribas (judíos cristianos), a principios de la década del 40 dC, bajo la supervisión y autorización de los Apóstoles, redactaron un documento en griego koiné con algunos de los principales dichos y hechos de Jesús de Nazaret.
Este primer documento es llamado "Q" (del alemán Quelle, fuente). Q fue redactado por escribas judíos convertidos al cristianismo, los cuales tradujeron del arameo al griego koiné algunas predicaciones de los Apóstoles referentes a las palabras y hechos de Jesús; ellos prepararon este documento para servir de base a los predicadores en las diferentes congregaciones cristianas alrededor del mar de Galilea.
Q, al igual que los Cuatro Evangelios, no se escribió pretendiendo ser una biografía de Jesús de Nazaret. Cada documento fue escrito en el contexto de una congregación o grupo de congregaciones cristianas que tenían necesidades específicas; cada documento enfatiza algún aspecto de la obra de Jesús en función de los oyentes originales para los que se escribieron. Ninguno de los Evangelios pretende ser integrador total de la obra y palabra de Jesús de Nazaret (Jn 21:25). Q fue redactado para ser una guía autorizada para la predicación.
Los Evangelios, incluyendo Q, fueron redactados para ser leídos en público, en las reuniones de las iglesias. La lectura pública de una porción de un Evangelio era realizada por una persona previamente preparada para tal evento. La preparación de un texto para su lectura requería las decisiones relativas a puntuación, acentuación y expresión.
Pablo y Bernabé, acompañados de Juan Marcos, realizaron su primer viaje misionero (Hch 13:5) entre los años 46 al 48 dC; sin embargo, a medio camino, Juan Marcos desertó y regresó a Jerusalén (Hch 13:13). Entre los años 47 al 50 dC Juan Marcos trabajó en las comunidades cristianas alrededor de Galilea. Juan Marcos había convivido muy de cerca con los Apóstoles, en especial Pedro, del cual recibió la Tradición oral en arameo.
Durante su estancia en la región de Galilea, Marcos identificó la necesidad de tener un documento que sirviera como un "curso de discipulado" para nuevos creyentes. En independencia del documento Q, Marcos se decide a redactar un documento en griego, integrando diversas enseñanzas y hechos de la vida de Jesús, creando un modelo o bosquejo basado en las secuencias de predicación utilizadas por los Apóstoles.
El documento de Marcos fue redactado, por tanto, entre el año 47 al 50 dC Este documento fue supervisado y aprobado por lo menos por el Apóstol Pedro. Este documento, por su sencillez y orden adquirió una mayor difusión que el documento Q. Este documento llega hasta nosotros con el título del Evangelio de Marcos.
Entre los años 58 al 60 dC Pablo permaneció en arresto por las autoridades romanas en la ciudad de Cesárea.
Durante este tiempo Lucas se decidió a escribir un documento que describiese con mayor amplitud la obra y las palabras de Jesús; seguramente ya tenía en sus manos una copia del documento Q y en esta ciudad de Cesárea conoció el Evangelio de Marcos. Fascinado por el modelo (bosquejo) de Marcos decide utilizarlo como base de su obra literaria, integrando información de Q.
Además de utilizar a Q y el Evangelio de Marcos, Lucas utiliza una primera edición del Evangelio de Juan, además de informes orales recogidos aquí y allá a lo largo de sus viajes con Pablo. Por tanto, el Evangelio de Lucas se redactó alrededor del año 60 dC
El Apóstol Mateo habría escrito algunas de las enseñanzas de Jesús en arameo. Sin embargo, cuando Marcos redactó su Evangelio con ayuda de Pedro, y viendo Mateo la gran difusión que estaba teniendo este Evangelio de Marcos, decidió emprender la tarea de redactar un Evangelio más amplio, incluyendo los grandes e importantes discursos de Jesús.
Utilizando el modelo (bosquejo) de Marcos y el documento Q, Mateo emprende la maravillosa aventura de redactar su Evangelio, con aportaciones de primera mano, como testigo presencial de los acontecimientos y palabras de Jesús que redactaba. Su Evangelio, igual que Marcos y Q fue escrito en griego. El Evangelio de Mateo fue redactado cerca del año 60 dC en la ciudad de Antioquia o sus alrededores.
El Evangelio de Mateo se basa en el documento Q, en el Evangelio de Marcos y en las propias experiencias del Apóstol Mateo. Este Evangelio se escribió con el propósito de servir de guía para la enseñanza más profunda en las iglesias.
Después del año 60 dC las iglesias cristianas del imperio romano cuentan con tres Evangelios: Marcos, Lucas y Mateo. Estos tres alcanzaron una rápida difusión y aceptación entre las iglesias. El documento Q por estar contenido en estos tres Evangelios desapareció y la primera edición del Evangelio de Juan, a manera de ensayo aún no tenía difusión fuera de las comunidades donde Juan trabajaba.
El Apóstol Juan realizó una apasionante misión de predicación y discipulado a lo largo de su vida. Con una actitud más reflexiva Juan fue enfocando aspectos del Evangelio que los demás discípulos parecían descuidar. En el contexto de la actividad de discipulado en las casas, el Apóstol Juan redactó una primera edición (a manera de ensayo) de su Evangelio en griego cerca del año 40 dC Esta primera edición fue consultada por Lucas al escribir su Evangelio.
Entre los años 70 al 80 dC el Apóstol Juan, después de una detenida y profunda reflexión, redacta su Evangelio en forma completa desde la ciudad de Éfeso.
Este Evangelio no depende ni de Q ni de Marcos. Juan realiza una tarea independiente en la redacción de su Evangelio, buscando marcar aquellos aspectos descuidados por los otros Evangelios. Así surge el Evangelio de Juan.
Poco después de la muerte del Apóstol Juan (cerca del 100 d.C.), uno de sus discípulos realizó una revisión de la magna obra y agregó el capítulo 21. La historia relatada en este capítulo 21 del Evangelio de Juan ya era bien conocida en las comunidades que Juan pastoreaba, pero a su muerte se consideró importante agregarla.
Durante el primer siglo, el cristianismo tuvo que luchar principalmente contra los "judaizantes", judíos cristianos que exigían a los cristianos gentiles que observaran las tradiciones de la ley judía. Pablo los enfrentó tenazmente. Esta amenaza se fue disipando después del año 70 dC
Otro desafío que tuvo que enfrentar la iglesia fue el gnosticismo. Conforme desaparecía la amenaza de los "judaizantes" crecía la amenaza de los "gnósticos"; estos eran griegos convertidos al cristianismo que revolvían las enseñanzas del Evangelio con ideas filosóficas del platonismo; el resultado era la herejía.
Fue el Apóstol Juan quien tuvo que enfrentar con mayor intensidad esta amenaza, sobre todo al final de su vida. El Evangelio y las Cartas de Juan reflejan esta lucha.
Al morir Juan (cerca del año 100 dC), el último de los Apóstoles, las iglesias tenían Cuatro Evangelios para establecer la verdadera enseñanza. Estos Cuatro Evangelios circulaban por todas las congregaciones cristianas. Los Cuatro Evangelios eran reconocidos por todos como Sagradas Escrituras inspiradas por Dios.
Sin embargo (después del año 100 dC), en diferentes partes del imperio Romano surgieron pequeñas congregaciones heréticas creadas por los gnósticos, ellos formaban ya grupos sectarios y a fin de poder difundir sus ideas heréticas redactaron sus "evangelios". Estos documentos (el más antiguo redactado cerca del 160 dC) son conocidos por nosotros como "Evangelios Apócrifos" (más de 64 documentos entre fragmentos y obras completas)
Estos documentos nunca alcanzaron la difusión ni la aceptación de las iglesias cristianas. La lectura de estos Evangelios Apócrifos delata su carácter gnóstico, ajeno a las ideas de Jesús plasmadas en los Cuatro Evangelios.
El documento Q no es "otro Evangelio", es una primera recopilación por escrito de algunas de las palabras y hechos de Jesús predicadas por los Apóstoles. El contenido de este documento se encuentra asimilado en los Evangelios de Mateo y Lucas.
Esta historia muestra que los Cuatro Evangelios:
A) Tuvieron como fuente principal las palabras y hechos de Jesús de Nazaret, predicadas apasionadamente por los Apóstoles.
B) Fueron redactados en el contexto del compañerismo fraternal de congregaciones cristianas comprometidas con la Gran Comisión.
C) Se redactaron en griego para su expansión mundial, con una mentalidad hebrea, consecuente con el Antiguo Testamento.
D) Tuvieron una maravillosa aceptación y difusión por parte de todas las congregaciones cristianas del primer siglo.
E) Mantuvieron una rigurosa fidelidad al mensaje original de Jesús.
F) Cada uno de ellos se complementan uno al otro, brindándonos el mensaje necesario para ser salvos y tener comunión con Dios.
JFVS
2008
Antes de subir a la presencia del Padre, Jesús encomendó a sus discípulos la misión de hacer discípulos en todos los grupos étnicos del mundo (Mt 28:18-20). Poco antes de la despedida, algunos de los discípulos preguntaron a Jesús, en base a las profecías del AT, cuándo regresaría para poner fin al actual sistema e instalar el nuevo orden del Reino de Dios (Hch 1:6-7)
La respuesta de Jesús enfatiza la prioridad de la misión de proclamación (Hch 1:8) Sin embargo, la gran mayoría de los primeros discípulos creyeron que el regreso de Jesús sería muy pronto, incluso antes de que ellos murieran (1ª Ts 4:17). La idea del inminente regreso de Jesús influyó determinantemente en la primera generación de cristianos, principalmente de dos maneras:
A) Había sentido de urgencia por compartir el mensaje del Evangelio y
B) No se consideró la posibilidad de dejar un legado escrito para futuras generaciones.
En la primera etapa de proclamación, el Evangelio fue predicado solamente entre los miembros del mismo grupo étnico, los judíos (Hch 11:19). Conforme los primeros discípulos (cristianos) eran esparcidos por la región de Palestina, predicaban el Evangelio a los judíos y se formaban comunidades cristianas que se reunían en las casas (Hch 2:46; Ro 16:5; Filemón 2)
Durante los primeros 300 años de la historia del cristianismo, los creyentes se congregaban en casas, cada uno de estos grupos eran considerados como iglesias. Debido a que las primeras iglesias estaban formadas por judíos convertidos, se organizaron siguiendo el modelo de la sinagoga.
Los Apóstoles, viajaban constantemente visitando las iglesias en las diferentes ciudades, seguramente viajaban en grupos de dos, tal como originalmente fueron enviados por Jesús (Mr 6:7). Los Apóstoles llegaban a las iglesias y comenzaban a contar historias acerca de los dichos y hechos de Jesús. Establecían pastores ("ancianos"; término usado en las sinagogas) en cada iglesia, los cuales tenían la tarea de discipular a los creyentes.
La enseñanza del Evangelio se realizaba, en esta primera etapa, de forma oral; ya sea por escuchar directamente a alguno de los Apóstoles, o bien, por escuchar la predicación de los discípulos, predicación que se basaba en la enseñanza oral de los Apóstoles. A esta enseñanza oral se la conoce como la "Tradición oral"; la enseñanza de los Apóstoles que transmitían las palabras y los hechos de Jesús; esta tradición fue proclamada en arameo. Además, la enseñanza se enriquecía con la lectura de las Sagradas Escrituras (el Antiguo Testamento) y su interpretación a la luz del ministerio de Jesús.
La cultura y la mentalidad hebrea asimilaban muy bien la tradición oral. Las comunidades judías (ya sea en la sinagoga o en la iglesia) escuchaban con atención la lectura y/o proclamación, tenían gran capacidad de retención y gustaban de meditar en lo escuchado. Además, con la expectativa del pronto regreso de Jesús, no consideraban necesario poner por escrito la Tradición oral de los Apóstoles.
Conforme la proclamación del Evangelio se extendía mas allá de los contornos de Palestina, los predicadores se encontraron con judíos que no hablaban arameo como su lengua materna. Además, el Evangelio estaba siendo aceptado con gran entusiasmo por personas que no eran de raza judía (gentiles)
Todas estas personas, aunque teniendo diferentes idiomas y dialectos como su lengua materna, podían comunicarse eficientemente en el idioma griego (Koiné, es el griego común)
En los primeros siglos de la historia del cristianismo el griego koiné era el idioma común en el que personas de todos los grupos étnicos dentro del imperio romano podían comunicarse.
Esta circunstancia, muy favorable para la rápida extensión del Evangelio, hizo necesario la traducción al griego de esta Tradición oral de los Apóstoles. La mentalidad y la cultura griega influyeron en la proclamación del Evangelio no sólo en la traducción al griego del mensaje de Jesús, sino que, además, hicieron sentir la necesidad de tener un documento por escrito de este Evangelio de Jesús.
Entre los muchos judíos convertidos al cristianismo, había escribas. Los escribas eran profesionales cuyo trabajo consistía en hacer copias de las Sagradas Escrituras (los libros del AT); debido a su trabajo, los escribas adquirían un gran conocimiento que los capacitaba para ser maestros. Al convertirse al Evangelio, estos escribas relacionaban las Sagradas Escrituras con las palabras y los hechos de Jesús. Ellos llegaron a ser eficientes maestros en las iglesias.
Seguramente muchos de estos escribas convertidos, recibiendo instrucción especial por parte de los Apóstoles, recorrían las iglesias predicando y enseñando el Evangelio. Rápidamente se darían cuenta de la necesidad de tener por escrito la Tradición oral.
Fueron escribas convertidos los que por primera vez pusieron por escrito la Tradición oral. Los descubrimientos arqueológicos y el análisis textual de los Evangelios nos indican que seguramente fue en la ciudad de Capernaum, a la orilla del mar de Galilea donde se redactó por primera vez un documento referente a las palabras y hechos de Jesús.
En las ciudades alrededor del mar de Galilea florecieron muchas iglesias, pues gran parte del ministerio de Jesús se realizó en esta región. Fue en Capernaum o sus alrededores que un escriba o grupo de escribas (judíos cristianos), a principios de la década del 40 dC, bajo la supervisión y autorización de los Apóstoles, redactaron un documento en griego koiné con algunos de los principales dichos y hechos de Jesús de Nazaret.
Este primer documento es llamado "Q" (del alemán Quelle, fuente). Q fue redactado por escribas judíos convertidos al cristianismo, los cuales tradujeron del arameo al griego koiné algunas predicaciones de los Apóstoles referentes a las palabras y hechos de Jesús; ellos prepararon este documento para servir de base a los predicadores en las diferentes congregaciones cristianas alrededor del mar de Galilea.
Q, al igual que los Cuatro Evangelios, no se escribió pretendiendo ser una biografía de Jesús de Nazaret. Cada documento fue escrito en el contexto de una congregación o grupo de congregaciones cristianas que tenían necesidades específicas; cada documento enfatiza algún aspecto de la obra de Jesús en función de los oyentes originales para los que se escribieron. Ninguno de los Evangelios pretende ser integrador total de la obra y palabra de Jesús de Nazaret (Jn 21:25). Q fue redactado para ser una guía autorizada para la predicación.
Los Evangelios, incluyendo Q, fueron redactados para ser leídos en público, en las reuniones de las iglesias. La lectura pública de una porción de un Evangelio era realizada por una persona previamente preparada para tal evento. La preparación de un texto para su lectura requería las decisiones relativas a puntuación, acentuación y expresión.
Pablo y Bernabé, acompañados de Juan Marcos, realizaron su primer viaje misionero (Hch 13:5) entre los años 46 al 48 dC; sin embargo, a medio camino, Juan Marcos desertó y regresó a Jerusalén (Hch 13:13). Entre los años 47 al 50 dC Juan Marcos trabajó en las comunidades cristianas alrededor de Galilea. Juan Marcos había convivido muy de cerca con los Apóstoles, en especial Pedro, del cual recibió la Tradición oral en arameo.
Durante su estancia en la región de Galilea, Marcos identificó la necesidad de tener un documento que sirviera como un "curso de discipulado" para nuevos creyentes. En independencia del documento Q, Marcos se decide a redactar un documento en griego, integrando diversas enseñanzas y hechos de la vida de Jesús, creando un modelo o bosquejo basado en las secuencias de predicación utilizadas por los Apóstoles.
El documento de Marcos fue redactado, por tanto, entre el año 47 al 50 dC Este documento fue supervisado y aprobado por lo menos por el Apóstol Pedro. Este documento, por su sencillez y orden adquirió una mayor difusión que el documento Q. Este documento llega hasta nosotros con el título del Evangelio de Marcos.
Entre los años 58 al 60 dC Pablo permaneció en arresto por las autoridades romanas en la ciudad de Cesárea.
Durante este tiempo Lucas se decidió a escribir un documento que describiese con mayor amplitud la obra y las palabras de Jesús; seguramente ya tenía en sus manos una copia del documento Q y en esta ciudad de Cesárea conoció el Evangelio de Marcos. Fascinado por el modelo (bosquejo) de Marcos decide utilizarlo como base de su obra literaria, integrando información de Q.
Además de utilizar a Q y el Evangelio de Marcos, Lucas utiliza una primera edición del Evangelio de Juan, además de informes orales recogidos aquí y allá a lo largo de sus viajes con Pablo. Por tanto, el Evangelio de Lucas se redactó alrededor del año 60 dC
El Apóstol Mateo habría escrito algunas de las enseñanzas de Jesús en arameo. Sin embargo, cuando Marcos redactó su Evangelio con ayuda de Pedro, y viendo Mateo la gran difusión que estaba teniendo este Evangelio de Marcos, decidió emprender la tarea de redactar un Evangelio más amplio, incluyendo los grandes e importantes discursos de Jesús.
Utilizando el modelo (bosquejo) de Marcos y el documento Q, Mateo emprende la maravillosa aventura de redactar su Evangelio, con aportaciones de primera mano, como testigo presencial de los acontecimientos y palabras de Jesús que redactaba. Su Evangelio, igual que Marcos y Q fue escrito en griego. El Evangelio de Mateo fue redactado cerca del año 60 dC en la ciudad de Antioquia o sus alrededores.
El Evangelio de Mateo se basa en el documento Q, en el Evangelio de Marcos y en las propias experiencias del Apóstol Mateo. Este Evangelio se escribió con el propósito de servir de guía para la enseñanza más profunda en las iglesias.
Después del año 60 dC las iglesias cristianas del imperio romano cuentan con tres Evangelios: Marcos, Lucas y Mateo. Estos tres alcanzaron una rápida difusión y aceptación entre las iglesias. El documento Q por estar contenido en estos tres Evangelios desapareció y la primera edición del Evangelio de Juan, a manera de ensayo aún no tenía difusión fuera de las comunidades donde Juan trabajaba.
El Apóstol Juan realizó una apasionante misión de predicación y discipulado a lo largo de su vida. Con una actitud más reflexiva Juan fue enfocando aspectos del Evangelio que los demás discípulos parecían descuidar. En el contexto de la actividad de discipulado en las casas, el Apóstol Juan redactó una primera edición (a manera de ensayo) de su Evangelio en griego cerca del año 40 dC Esta primera edición fue consultada por Lucas al escribir su Evangelio.
Entre los años 70 al 80 dC el Apóstol Juan, después de una detenida y profunda reflexión, redacta su Evangelio en forma completa desde la ciudad de Éfeso.
Este Evangelio no depende ni de Q ni de Marcos. Juan realiza una tarea independiente en la redacción de su Evangelio, buscando marcar aquellos aspectos descuidados por los otros Evangelios. Así surge el Evangelio de Juan.
Poco después de la muerte del Apóstol Juan (cerca del 100 d.C.), uno de sus discípulos realizó una revisión de la magna obra y agregó el capítulo 21. La historia relatada en este capítulo 21 del Evangelio de Juan ya era bien conocida en las comunidades que Juan pastoreaba, pero a su muerte se consideró importante agregarla.
Durante el primer siglo, el cristianismo tuvo que luchar principalmente contra los "judaizantes", judíos cristianos que exigían a los cristianos gentiles que observaran las tradiciones de la ley judía. Pablo los enfrentó tenazmente. Esta amenaza se fue disipando después del año 70 dC
Otro desafío que tuvo que enfrentar la iglesia fue el gnosticismo. Conforme desaparecía la amenaza de los "judaizantes" crecía la amenaza de los "gnósticos"; estos eran griegos convertidos al cristianismo que revolvían las enseñanzas del Evangelio con ideas filosóficas del platonismo; el resultado era la herejía.
Fue el Apóstol Juan quien tuvo que enfrentar con mayor intensidad esta amenaza, sobre todo al final de su vida. El Evangelio y las Cartas de Juan reflejan esta lucha.
Al morir Juan (cerca del año 100 dC), el último de los Apóstoles, las iglesias tenían Cuatro Evangelios para establecer la verdadera enseñanza. Estos Cuatro Evangelios circulaban por todas las congregaciones cristianas. Los Cuatro Evangelios eran reconocidos por todos como Sagradas Escrituras inspiradas por Dios.
Sin embargo (después del año 100 dC), en diferentes partes del imperio Romano surgieron pequeñas congregaciones heréticas creadas por los gnósticos, ellos formaban ya grupos sectarios y a fin de poder difundir sus ideas heréticas redactaron sus "evangelios". Estos documentos (el más antiguo redactado cerca del 160 dC) son conocidos por nosotros como "Evangelios Apócrifos" (más de 64 documentos entre fragmentos y obras completas)
Estos documentos nunca alcanzaron la difusión ni la aceptación de las iglesias cristianas. La lectura de estos Evangelios Apócrifos delata su carácter gnóstico, ajeno a las ideas de Jesús plasmadas en los Cuatro Evangelios.
El documento Q no es "otro Evangelio", es una primera recopilación por escrito de algunas de las palabras y hechos de Jesús predicadas por los Apóstoles. El contenido de este documento se encuentra asimilado en los Evangelios de Mateo y Lucas.
Esta historia muestra que los Cuatro Evangelios:
A) Tuvieron como fuente principal las palabras y hechos de Jesús de Nazaret, predicadas apasionadamente por los Apóstoles.
B) Fueron redactados en el contexto del compañerismo fraternal de congregaciones cristianas comprometidas con la Gran Comisión.
C) Se redactaron en griego para su expansión mundial, con una mentalidad hebrea, consecuente con el Antiguo Testamento.
D) Tuvieron una maravillosa aceptación y difusión por parte de todas las congregaciones cristianas del primer siglo.
E) Mantuvieron una rigurosa fidelidad al mensaje original de Jesús.
F) Cada uno de ellos se complementan uno al otro, brindándonos el mensaje necesario para ser salvos y tener comunión con Dios.
JFVS
2008
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